Los buscadores son unos de los principales pilares de toda estrategia de Marketing Digital o simplemente de Marketing en Internet, y lo es porque sin ellos difícilmente las empresas, productos, marcas, eventos… Podrían hacerse visible en el ciberespacio.
Google, Yahoo!, Bing… También los buscadores de Twitter, Facebook, Youtube… Acceder a contenidos a través de buscadores es una práctica dominante que discrimina entre aquellos contenidos que se buscan y aquellos que se encuentran.
En Marketing de posicionamiento en buscadores se suele hablar de Search Engine Optimization (SEO) y de Search Engine Marketing (SEM), que se podrían traducir al castellano como “Optimización de los motores de búsqueda” (Conocido como posicionamiento natural u orgánico) y “Marketing en motores de búsqueda”
→ SEO: Son acciones con un coste implícito y un efecto a largo plazo
→ SEM: Son campañas con un coste explícito y un efecto a corto plazo
Sin embargo, la definición de SEM excluye a las acciones SEO como parte del conjunto de técnicas a desarrollar para mejorar la visibilidad de los contenidos en la red.
En tanto que una campaña SEM se encuentra acotada en el tiempo (tiene fecha de inicio y fecha de fin) y requiere un desembolso (coste explícito), podríamos decir que en el fondo una campaña SEM no es más que un anuncio encartado en buscador y para un target previamente definido. Es decir, lo tradicionalmente conocido como SEM no es más que SEA o Search Engine Advertisement (Publicidad en motores de búsqueda).
La clasificación y definición tradicional de SEM y SEO excluye a este último como parte del conjunto de acciones de Marketing de posicionamiento en buscadores a realizar. Sin embargo, la permuta del tradicional SEM por el concepto SEA no sólo ofrece una visión certera sobre este último, sino que también incorpora al SEO como parte del conjunto de acciones de Marketing en buscadores de la empresa.
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